Hoy viaja mi pensamiento hacia ti
como un tren en la noche.
No dormía, se pasaba las horas
escuchando, disperso como brasa
aventada por todos los caminos
del mundo, con un nombre, un solo nombre
que llevarse a los labios.
A semejanza del viento, volvía
como un tren en la noche,
llamado por los rumores de un eco
cintilante aún entre sombras,
y de nuevo te traía a mi lado
invocando el verano a través del invierno.
Ha sido grato viajar contigo,
rodeado de penumbra y silencio,
salir limpio de tus ojos abiertos
como grandes ventanales al sur,
mirando como una casa encendida.
Y puesto que mi pensamiento viaja,
sea este poema que, ahora lo sé,
comenzó mucho antes de escribirlo,
quien lo lleve hacia ti. Veloz y cálido,
como un tren en la noche.
como un tren en la noche.
No dormía, se pasaba las horas
escuchando, disperso como brasa
aventada por todos los caminos
del mundo, con un nombre, un solo nombre
que llevarse a los labios.
A semejanza del viento, volvía
como un tren en la noche,
llamado por los rumores de un eco
cintilante aún entre sombras,
y de nuevo te traía a mi lado
invocando el verano a través del invierno.
Ha sido grato viajar contigo,
rodeado de penumbra y silencio,
salir limpio de tus ojos abiertos
como grandes ventanales al sur,
mirando como una casa encendida.
Y puesto que mi pensamiento viaja,
sea este poema que, ahora lo sé,
comenzó mucho antes de escribirlo,
quien lo lleve hacia ti. Veloz y cálido,
como un tren en la noche.
Juan Ramón Mansilla
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